domingo, 24 de diciembre de 2006

Herederos de Bábel


El aeropuerto ¿Es quizas este el lugar más multilingüe en que me puedo encontrar?

Franceses diciendo “Merci”, Anglosajones con “When it´s the departure?”, Argentinos gritando “ Che, esto no puede ser, segunda vez que se retrasa el vuelo, me chupa un huevo”, Chilenos cantando “¿Viste weón que así es la weá?”, Brasileros tarareando “...boce?”, etc. Todos esperan su viaje, ya sea para llegar a su hogar, para divertirse en otro país, otros buscando un lugar para volverse a levantar. Quien sabe los motivos que hay detrás de este lugar.

Hay gente durmiendo, algunos leyendo, muchos escuchan música y muchos más no hacen nada, como yo. Estamos sentados cambiando miradas furtivas y apreciaciones poco contemplativas. Es chistoso, nadie es capaz de sostenerle una mirada a un desconocido. Me carcome una angustia enorme por fumar y veo que a otros los consume el hecho de comprar. Bolsas repletas, perfumes, remeras, discos, de todo. En contraste hay otros sin nada, un maletín vacío, mochilas con quizás un chaleco, una cajetilla en las manos o una gaseosa.

Que sitio que es este, aquí se pudo lograr lo imposible. Aquí también hay esperanzas y resignación, se pueden apreciar todas las contradicciones y reflexiones. Pero que sitio que este. Gente que espera a sus queridos, otros que lloran por los idos. También están los solitarios, que tienen una desesperada espera por romper su eterna compañía. Tantos sentimientos que se dejan atrás y un millar nuevo que se pueden encontrar. Quisiera saber si es mi cabeza la que piensa esto o el aeropuerto el que me irradia estos pensamientos. Realmente, seguimos siendo los mismos, y éste lugar público es un ejemplo de esto. Como veo todo esto, es un sitio loco el aeropuerto, vivimos en él y en cada momento, una demente repartición, de signos y hablas... el patrimonio de Babel.

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